Dray Martina

Hello sunshines! A pesar de que Febrero tiene menos días no podía quedarse sin una entrada sobre uno de mis nuevos descubrimientos en cuestión de cafeterías. Lo bueno de perderse en la zona centro de una ciudad tan grande como Madrid es que encuentras muchos sitios curiosos y con encanto, pero lo malo es que, si no apunto el nombre, luego no tengo forma humana de volver a localizarlos y más de una vez me ha pasado esto. Pero en cualquier caso voy a dejar de enrollarme y a contaros más sobre Dray Martina.

Hace unas semanas me reencontré con J (creo que debería darle un mejor apodo y no J, que ya que va a ser nombrada mucho en este tipo de entradas se merece algo mejor) y Jf y como teníamos que ponernos al día sobre el último mes y medio de nuestra vida fuimos en busca de un local con encanto que no tuviese cola de espera (es lo malo de quedar un sábado a las 7 de la tarde). Así fue como fuimos a Dray Martina, un local del que no sabía nada y que acabo de ver que es uno de los locales de moda que sale en todas las revistas. Y entiendo perfectamente el por qué.

Se trata de un local elegante con un toque rústico totalmente adaptado a la moda actual. La decoración esta pensada al milímetro y podemos encontrar una mesa alargada que compartir con otros clientes (lo cual para mi es un plus; aún no sé muy bien por qué pero me encanta que haya alguna mesa compartida).

Fuente imags: Dray Martina FB

Solo puedo opinar sobre las meriendas que ofrecen ya que no he acudido en ninguna otra ocasión. En cuanto a las bebidas J y Jf optaron por distintos cafés mientras que una servidora se decantó por el té a 2.5€ (mi gran amor). Me trajeron una bandeja enorme con distintas cajas de tes entre los que podía elegir, lo cual me encantó si no fuese porque venían con la caja y, comparando con toda la atención que habían puesto en adornar el local, creaba un contraste un poco cutrecillo. En cuanto a alimentos sólidos obligatorios en cualquier merienda que se precie, cada una nos decantamos por algo distinto: yogurt con fruta y granola (3.5€), tarta de queso con arándanos (5€) y tarta de zanahoria (5€). Todos los postres estaban increíbles. Las porciones de las tartas eran grandes y daban la impresión de ser caseras (no sé si realmente lo eran pero juro que parecían caseras y no de sobre), aunque el precio me sigue pareciendo demasiado elevado.

¿Dónde? Calle Argensola 7, Madrid